Esperanza

Tengo que admitirlo, el 2008 ha sido un "Annus Horribilis". Prácticamente me ha ocurrido de todo y muchas cosas que no me gustaría volver a vivir se han sucedido en estos largos, larguísimos doce meses.

Pero este tiempo es especial, siempre lo ha sido y por mucho malo que me pase, tiene sobre mí un efecto esperanzador. Puede que sean las luces, la música, las calles adornadas con plantas y flores, las tiendas o esa especie de felicidad casi obligatoria que lo inunda todo, pero este tiempo me hace ver a este jodido y terrible mundo de una manera diferente, al menos durante un par de semanas. Luego volveré a la realidad, al día a día, a la cruda y terrible lucha por la supervivencia y la búsqueda del bienestar aun a costa de la felicidad. Pero, por unos días seré estúpidamente feliz comiendo turrón de chocolate junto a mi familia, viendo como la tía de mi mujer se atraganta con las uvas de nochevieja mientras toda la familia (incluída ella misma) se parten de risa y disfrutando al ver la cara de felicidad de todo el mundo el día de Reyes.

La navidad tiene algo especial que une a los que menos se estiman y hace que enemigos se deseen lo mejor. Marca treguas, forja paces, crea vida y saca amor de donde parecía haber desaparecido. La navidad, con su mezcla de tradiciones y costumbres de todo el mundo se ha hecho universal, gracias a Dios o a la Coca-Cola, ¿qué más da?, lo importante es que el mensaje de Amor y Paz llegue a todos y cada uno, incluso a aquellos que no lo quieren escuchar.

Hoy quiero, desde aquí y para todos los que están ahí leyendo (que siempre he pensado que son pocos) desear desde el fondo de mi corazón toda la felicidad del mundo. Para estos días y todos los que vengan despúes.

¡Feliz Navidad!

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