El Sueño del Consumidor

Antonio Carballeda me hizo llegar ayer mismo uno de esos “correos solución a todos los problemas del mundo” que, ¡vaya que casualidad!, ya había leído antes. Lo remití a todo el mundo para esperar reacciones (es que yo tengo esas cosas) y, curiosamente, la única que me llegó fue una desde Hong Kong, de mi amiga Renia, en la que me decía -ya, pero es que nosotros no tenemos coche-.
La primera vez que llegó a mis ojos ese escrito, pensé con mi mente malévola y mi afición a buscar una conspiración en todo lo que sucede en el mundo, que esto se trataba de una estratagema de un ejecutivo de la Repsol, CAMPSA, Cepsa o cualquiera de las primas hermanas de la CNH (Comisión Nacional de Hidrocarburos). ¿Qué mejor que luchar contra la competencia extranjera que decir a los españoles que solo de esa manera se va a poder bajar el precio del petróleo?
Es mucha casualidad que el boicot vaya dirigido a una empresa americana y otra inglesa. ¿Será fruto del azar, de una mente privilegiada para temas económicos o de un rojillo anti-Bush y anti-Blair, que sigue llevando la pegatina de guerra no en el pecho cada vez que va al teatro a ver a Pilar Bardem? El caso es que no me convence, en absoluto. ¿Que sentido tiene en un país en el que el precio de los carburantes lo marca el estado que no repostemos en estas dos compañías? Si lo que se quiere es protestar, lo suyo sería decirle al gobierno que mientras no se aprieten el cinturón y dejen de exprimirnos a base de impuestos indirectos, lo que vamos a hacer es lo contrario a lo que nos piden en ese correo electrónico, esto es, repostar exclusivamente en gasolineras de capital extranjero, que aquí las hay hasta debajo de las piedras (Shell, Galp, Esso, BP… y todas las asociadas a centros comerciales tipo Carrefour, Makro, Alcampo, que curiosamente, son las más baratas).
Cuando empiecen a notar la bajada de beneficios empezaran a preguntar eso de ¿Qué hacemos Jose Luis? Y no harán nada, como siempre. De modo que empezaremos a ver otra vez a los transportistas, los taxistas, los agricultores y los pescadores bloqueando carreteras, caminos, puertos y hasta la pista de Coches de Choque de la feria del pueblo. Ellos conseguirán su tajadita en forma de subvenciones, rebajas, mejoras, ayudas o en carne de Ternera Gallega y todo se acabó, santas pascuas, donde dije digo digo Diego y mañana volveremos a pagar el pato los de siempre, los parias que no estamos organizados. En el supermercado todo estará más caro y la culpa no será de mi primo el de Mercamálaga que subasta las cajas de lechugas como si fueran el último lote de la casa Christies, ni del jefe ejecutivo adjunto de promoción de la petrolera Exxon, que el único esfuerzo que hace en el mes es abrir el maletero del Mercedes para que un chico le saque los palos de golf. No, la culpa la tiene ese fantasma de la globalización del que todos hablamos y nadie parece saber de donde procede.
De modo que la próxima vez que os llegue algo así, pensadlo un poco antes de enviarlo a todo el mundo, yo lo hago porque no me fío de nada de lo que circula por la red, sobre todo si esto no viene firmado. Recordad aquello que siempre os digo, parafraseando al maestro: “Poderosos son los discípulos del reverso tenebroso, hay que estar siempre alerta”.
Además, como voy a dejar de echar gasolina en la Esso si solo me quedan cuarenta puntos para conseguir el reloj de la promoción.

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