La Memoria de los Peces

Hoy mi amiga Vanessa me ha sorprendido con una pregunta que realmente no me esperaba. Me ha dicho: “Explícame, cuando uno dice -el rojo ese- ¿a que se refiere? Y ¿quiénes eran los falangistas?”. Así que en un alarde de conocimientos le he aclarado lo mejor posible esas dudas, intentando hacerle comprender porqué se les llamaba rojos a los republicanos y azules a los nacionales. Quienes eran “los de las boinas rojas” y como ocurrió aquello. Siempre dentro de la generalidad, ya que así son mis conocimientos sobre este tema, generales.
Repito que me sorprendió mucho la pregunta, sus dudas y el desconocimiento tan grande que tenía mi amiga sobre la Guerra Civil Española, pero pensando fríamente tengo que admitir que no me extraña en absoluto que sea así. Ella tiene unos veintiséis años, cursó estudios de secundaria en un instituto de formación profesional en la rama de administrativo, lo que implica que la última vez que estudió historia fue allá por 1992, en pleno éxtasis de la Expo y los Juegos Olímpicos. Por entonces creo que reinaba la LODE, pero no me hagan mucho caso porque ha habido tantas leyes de educación que he perdido la cuenta. De modo que lo más lejos que en historia llegó esta mujer fue a la época de la revolución francesa, porque, eso si, historia dábamos en el colegio, pero de España solo no, mezcladita y bien atada con la de nuestros vecinos europeos. Curiosamente también me sorprendió al citarme a la perfección la definición que le enseñaron sobre quién era Lutero, ¿verdad que es extraño?, no sabe apenas nada de la historia reciente de su país pero identifica perfectamente al primer pastor protestante, el que provocó uno de los grandes cismas de la iglesia en la historia. No me pregunten como salió el tema del hereje en la conversación porque, la verdad, no lo recuerdo.
La intuí un tanto avergonzada por su desconocimiento del tema, pero no debería ser así ya que no es su culpa. El problema es que en el tema de la Guerra Civil nadie se quiere mojar y explicar de una manera objetiva que fue lo que ocurrió, simplemente porque los elegidos para explicarlo siempre, repito, siempre tienen una ideología, y un sentimiento partidista hacia el mismo. Eso lo deben saber bastante bien los profesores y directores de los colegios e institutos, que, aprovechando la cronología, suelen dejar este tema de lado por tratarse de uno de los últimos del curso, por lo tanto nunca entra a examen y un estudiante medio jamás se lo va a mirar, ni siquiera para pintarle a la foto de Franco unas rastas, unas gafas de sol y un porro en la mano. Consecuencia, la guerra civil es eso de lo que habla el bisabuelo cuando el alzheimer le da un respiro, que suena demasiado triste como para querer escucharlo de nuevo, o eso que vemos en las películas (y ahora también en los culebrones) y que siempre relata la historia de soñadores de libertad que se hinchan de correr por el monte, de pegar tiros y de follar con republicanas (según quién sea el director y el actor principal, todo hay que decirlo), pero que siempre acaban perdiéndolo todo al final.
Otra de las cosas que me inquietó bastante fue un comentario que hizo cuando le expliqué lo del “Alzamiento Popular” y los dos bandos en que quedó dividida España -me dijo- “…entonces, los rojos eran los buenos.”. A lo que yo rápidamente le contesté que no, que buenos no hubo ni en esa guerra ni en ninguna, que aunque se hable de vencedores y vencidos en realidad ambos bandos siempre pierden, millones de muertos aseguran esa afirmación, por mucho que se empeñen los historiadores (los no objetivos, que son muchos) en decirnos lo contrario.
Al hilo de todo esto se puede entender como el pueblo siempre se inclina hacia un lado u otro dependiendo de cómo le fueron las cosas a su abuelo en esos horribles años. Al igual que puedes comprender como los de siempre en lugar de tratar de solucionar los problemas llegando a acuerdos, se tiran los trastos a la cabeza por gilipolleces varias.
Lo que me asusta es que detrás de toda esta ignorancia generalizada y bien estudiada, siempre existe una manipulación del tema a conveniencia de los que ostentan el poder, sacando a relucir muertos y asesinos cuando bien les place. Una lástima, la verdad, pero es lo que tenemos, siempre hemos vivido con ello y así seguiremos, por desgracia, durante muchos años. Con los políticos quiero decir.

Comentarios

Héctor Ojeda ha dicho que…
Dicen que los políticos son un mal necesario, yo nunca he intervenido en política a pesar que tengo una marcada tendencia a la centro izquierda, pero, claro, ellos pintan la historia a su conveniencia u omiten lo que no le de votos. Uno que siempre piensa en la buena fé de las personas, con estos personajes hay que obligadamente hacer una execepción. Otro factor que juega en contra de los conocimientos reales de la historia y de la gente que ha marcado el rumbo de nuestros paises es el mercado, que para la mayoría de los poderosos es la brújula de sus pensamiento.

Muy bueno tu blog...

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