Esos Propósitos de Año Nuevo

Todos los años me digo lo mismo: “De este no pasa, me apunto al gimnasio, me busco un profesor de Inglés y clases de música”. Si, clases de música, es que uno es así, ¿qué se le va a hacer? Luego pasa el tiempo y acabas en marzo haciendo las mismas cosas durante todos los días, igualito que el año pasado y que el anterior, vamos, que no cumples los propósitos ni de lejos.
Con esto del “blog” me he propuesto algo parecido. Ya llevaba tiempo rumiando la idea de dejar de hablar de la carretera y los conductores, así como de los políticos. Muy a mi pesar mío, todo hay que decirlo, ya que esos dos temas tienen chicha para cortar, dar y regalar. Pero es que, haciendo balance de todo lo escrito durante el 2005, me he dado cuenta de que recurro demasiado a ellos, y no por pasión precisamente, nada más lejos, lo hago por enfado, cabreo, indignación y más sentimientos de esa clase tan poco agradables de cultivar como de expresar. Y prácticamente me había decidido a cumplirlos, lo juro, hasta que la pasada semana vi una noticia en La 2 que me hizo cambiar de opinión, al menos en lo que respecta a los políticos. No importa lo que me empeñe, da igual que trate de convencerme a mí mismo con toda la fuerza de mi alma, es inútil que intente cambiar de opinión hacia ellos, parece que se ponen de acuerdo para provocarme.
Resulta que lejos de la polémica del Estatuto, en el Parlamento Catalán tienen pocas cosas que hacer, y los parlamentarios de los tri-partitos más “guays” se pueden permitir el lujo de… -a ver cómo digo yo esto sin que suene muy bestia- de hacer el gilipollas. En una sesión relajada, estas que suelen darse entre días de fiesta, un par de excelentísimos señores (uno de CiU y otro de ICV) se pusieron a discutir sobre la ideología política de Superman, si, como lo oyen. Al parecer el de izquierdas sacó el tema en alusión a algo que dijo el de derechas y como estaban aburridos, cual niños castigados a quedarse en clase durante el recreo, empezaron a darle vueltas al temita pasándose al Último Hijo de Krypton como si fuera una patata caliente. Y así estuvieron durante un rato, que si es de derechas, que si es de izquierdas, que si es cien por cien americano, que si es universal. Total, como esta gente no es capaz de ponerse de acuerdo ni en la forma de sonarse los mocos, acabaron la sesión con la promesa del republicano de traer un informe exhaustivo para acreditar sus palabras. Y el tío lo hizo, para una vez que debería exigírsele que no moviera un dedo (cosa a lo que suelen estar acostumbrados los politicuchos como estos) para no hacer aún más el ridículo, va el tipo y presenta el documento. Un trabajo muy poco exhaustivo y claramente basado en la ley del mínimo esfuerzo, ya que lo que ha hecho semejante elemento ha sido verse dos o tres películas de la serie de los años ochenta y basar en eso todo el argumento de su utilísima divagación política. Es como lo que hacen algunos niños cuando tienen que leerse un libro para clase de literatura, se alquilan el deuvedé y se quedan tan panchos. Así pues, tras tachar de retrógrado machista, fascista americano y alienígena ególatra al pobre Kal-El, se quedó tranquilo, con la satisfacción del que ha hecho bien su trabajo. ¡Valiente memez de trabajo! ¡Menuda pérdida de tiempo! ¡Vaya tomadura de pelo! ¿Y esos son los representantes del gobierno catalán, del pueblo catalán, de la cultura catalana? ¡Por Dios, espero que no! Porque si esos son ejemplo de los gobernantes que les van a conducir a la grandeza en pleno siglo XXI, van aviados. Y lo peor es que no se salvan ni liberales ni conservadores porque el aludido amenazó con presentar un estudio que demostrara que Lex Luthor (archienemigo de Supes) es más rojo que el capote de Manolete.
En fin, para este año ni propósitos, ni buenas intenciones, lo que se promete es más de lo mismo, que a fin de cuentas es lo fácil ¿no?

¡Feliz Año 2006!

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