Un Euro Cada Diez Minutos

No, esto no es el dinero que gana Victoria Beckham por poner morritos en la presentación del último perfume de moda (creo que esta chica gana más, aunque no se si merecidamente), ni los beneficios de la SGAE por el último disco a favor de los afectados por el fraude de “los gorros de ducha defectuosos” (estos seguro que ganan más y, seguro, segurísimo, que no merecidamente) no, realmente se trata del cálculo que las autoridades competentes han realizado para aplicar un aumento del precio de los billetes de tren, no de todos, tan solo de los que hacen el tramo Málaga-Madrid utilizando la vía del AVE (creo que todavía se llama así, aunque puede que dentro de unos meses le borren la “E” a petición de los partidos nacionalistas. Nuestro Gobierno, que está permanentemente de rebajas, como en el Mercadona).

Recientemente se ha abierto el tráfico ferroviario en el nuevo tramo de alta velocidad entre Antequera y Córdoba, la panacea, bueno, al menos para las autoridades que desembarcaron en la ciudad “por la que sale el sol”, a ritmo de bombo y platillo, cantando las maravillas del transporte terrestre del siglo XXI. Nuestra ministra de turno, con ese salero y arte mamado de la tierra que la vio nacer (Cádiz, un lugar increíble lleno de gente increíble) se marcó el típico discursito de inauguración pseudo electoralista, ya se sabe; “que si estamos a la cabeza de la inversión en infraestructuras”, “que si Andalucía avanza a pasos agigantados”, “que si somos los mejores, bueno ¿y qué?”, “que si que guapa soy, que si que tipo tengo…”. Total, lo que dicen los políticos en estos casos, siempre asesorados por su comité de discursos ministerial, arropados por presidentes, consejeros, alcaldes y demás y, sobre todo eso, envalentonados por haberles tocado a ellos y no a la oposición el fin de las obras y su implícita inauguración (aunque el proyecto perteneciera a la anterior legislatura y al anterior gobierno).

¿A que se traduce todo esta maravilla de las comunicaciones, de la inversión estatal y de las flores de la ministra? Pues a reducir el tiempo de viaje en treinta minutos, cosa que está genial, pero, también supone un aumento del precio del billete, como dije al principio, tres euros. Si, se que no es mucho, pero son tres euros solo ida, ida y vuelta supone seis, que tampoco parece mucho, sobre todo cuando prácticamente todos los usuarios estamos dispuestos a pagarlos para librarnos de los incómodos asientos de la clase turista, el constante zumbido de los motores y hasta de las malas películas que suelen poner, cuando éstas se pueden visionar, que esa es otra, la mitad de las veces no se ven y la otra mitad no se escuchan porque los auriculares (de extrema calidad que te ofrecen las amables asistentes de viaje) no funcionan, o la toma de audio de los sillones están como si ese vagón lo hubiera ocupado un grupo de hooligans de vuelta de un partido perdido. Repito que si, que admito que todo está bien justificado, ¿quieres llegar antes a casa, pues eso tiene un coste? El problema está en que, como casi siempre en este país, las inauguraciones se hacen atropelladamente, aprovechando el tirón mediático y siempre pensando en los votos que nos van a dar, en lugar de hacerlo cuando de verdad se ha probado que todo funciona a la perfección. La realidad es que, nos han vendido la burra como si fuera un corcel y, como es normal, sigue siendo una burra, que corre como una burra, huele como una burra y se ve como una burra, vamos, lo que es lo mismo, un TALGO 200, fabricado hace quince o puede que más años, por mucha vía rápida que le metas, va a seguir siendo un cacharro desfasado y, relativamente, lento, va a tener que seguir haciendo cambio de vías y va a estar igual de mal equipado que antes.

Con todo esto no me extrañó demasiado cuando mi cuñada, Mercedes, que es de Córdoba capital, me comentara que en el último viaje que hizo a su tierra (hará cosa de una semana) no solo no se ahorró los treinta minutos que prometían en RENFE, sino que además le cobraron los seis euros de más por el ticket de ida y vuelta y de propina le endosaron un retraso de veintidós minutos.

¿Esta es la Andalucía del siglo XXI que nos prometieron? Pues, sinceramente, yo apenas noto la diferencia con la del siglo XX.

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