Law Olmsted & Vaux

¿Quienes son estos tipos? El que quiera informarse bien sobre sus vidas o sus obras tan solo tiene que “Googlear” un poco y desempolvar su oxidado Inglés, los encontrará rápidamente y se sorprenderán al descubrir que no se trata de una firma de abogados, ni de una cadena de tiendas de moda. No, Frederick Law Olmsted Y Calvert Vaux fueron dos increíbles arquitectos y paisajistas de finales del siglo XIX en Estados Unidos. Desarrollaron la mayor parte de su trabajo en la ciudad de Nueva York y, entre otros, fueron los responsables de la construcción de edificios tan míticos como La Biblioteca Jefferson, El Museo Metropolitano (MET), Prospect Park en Brookling y otros. Pero, por encima de todos sus edificios y parques, destaca la grandiosidad, el diseño útil y la belleza de Central Park.

Yo nunca he estado en New York, y dudo que algún día pueda llegar a visitarla, demasiado lejos y demasiado caro para un sueldo medianito y una vida a punto de hipotecarse. Pero conozco bien ese lugar, supongo que como media humanidad. Lo hemos visto cientos, miles de veces en cine y televisión. Hemos disfrutado de sus paseos, de sus prados, de sus fuentes, de sus enormes estanques -casi tan grandes que se les podrían llamar lagunas-. Es un parque tan bien concebido, tan bien diseñado que su función no se limita a la de servir de pulmón de la ciudad, o de zona para pasear al perro o a los niños, no, los neoyorquinos se reúnen en cientos de miles para disfrutar cada día de todo lo que allí se ofrece, actividades que comprenden casi todos los aspectos de la cultura y el deporte. En él se pueden encontrar pistas deportivas, centros deportivos cubiertos, conciertos de música al aire libre y en interior, exposiciones, muestras, actuaciones teatrales, cuenta cuentos, actividades para amantes de la naturaleza o para urbanitas estresados, hay prácticamente de todo, porque el espacio está concebido para que lo disfrute el pueblo y, lo que es mejor, el pueblo se involucra y lo disfruta. Y para aquellos que prefieran un ambiente algo más sobrio el parque integra en su Zona Este (East Side) el famoso Metropolitan Art Museum, situado justo en la 5th Avenue y, en su Zona Oeste (West Side) el también renombrado Museo de Historia Natural.

El lugar está pensado para todos y para todo. Ocho estaciones de metro desembocan en él y le cruzan cuatro calles asfaltadas para tráfico rodado (la 65th, la 79th, la 86th y la 97th) con la peculiaridad de que tan solo son de dos carriles, cosa perfecta para limitar la afluencia de vehículos. Otras dos carreteras serpentean en su interior de norte a sur (Drives le llaman los americanos a estas vías), a la vista son más anchas que las anteriores, pero lo que llama la atención aquí es que ambas disponen de carriles bici para ambos sentidos y una enorme acera. Por lo demás, bueno, dentro puedes encontrar castillos (El Belvedere), puentes, arcos, quioscos… todo con un gusto exquisito, aparte de una flora y una fauna dignas de un auténtico bosque, inimaginable en medio de una metrópoli como esta.

Una sociedad sin ánimo de lucro, la Central Park Conservacy, se encarga de restaurar, mantener y preservar el parque, en asociación con entidades públicas y mantenida mediante aportaciones desinteresadas de miles de personas, todo para el disfrute de generaciones presentes y futuras.

Ahora viene la parte que le gusta a “mi director”. Esta mañana, en el diario Sur, en la sección de política local, aparecía a página completa una noticia con la presentación del plan de desarrollo del Partido Popular para la zona de Avenida de Velazquez. O sea, aparecía el actual alcalde, explicando que es lo que va a hacer él cuando vuelva a ganar las elecciones, en el llano que antiguamente ocupaban los depósitos de combustible de Repsol. El Sr. De la Torre no se baja del burro, como decimos en mi pueblo, y sigue con la intención de construir tres monstruosidades de hormigón y acero en lo que, se suponía, iba a ser el mayor parque de la ciudad. No contento con eso, plantea la brillante idea de aprovechar el soterramiento de las vías del tren para acondicionar una avenida con diez carriles para tráfico rodado. O sea, una mega autopista en mitad de la ciudad. Este señor sigue empeñado en decir que las tres torres se integrarán en un enorme parque, cuando todo el mundo sabe que, una vez construidas las moles, al espacio verde que quede no se le podrá llamar parque, dudo que hasta se le pueda llamar jardín. Porque ya me dirá a mí el Excmo. Sr. Alcalde donde van a caber los árboles, entre los rascacielos, los diez carriles de asfalto y el resto de instalaciones que, aprovechando la coyuntura, se realizará en el mismo lugar. A no ser que, la idea de parque tradicional, donde lo que impera es la naturaleza y predominan los árboles esté lejos de lo que este Ayuntamiento nuestro piensa crear ahí y, como últimamente nos tienen acostumbrados, nos planten un horrible campo de cemento, con cuatro o cinco parterres en los que se sembrarán florecillas de temporada, de esas que duran dos semanas, por falta de riego y cuidado y, por supuesto, palmeras, muchas palmeras, que serán muy estéticas, pero en una ciudad en la que en pleno mes de mayo se alcanzan los treinta grados a la somra, lo que más falta hace son árboles que den sombra y las palmeras, ni son árboles ni dan sombra. Parece ser que aquí los únicos privilegiados que pueden disfrutar de un auténtico parque tienen que trabajar en “La Casona”, El Banco de España o El Rectorado de la UMA, el resto de malagueños nos tenemos que conformar con los geranios que cada verano nos ponen en las medianas de las carreteras y que aguantan vivos lo que un suspiro.

No entiendo la mentalidad de ciudad del siglo XXI que tienen en la casa consistorial, mientras todas las miradas hacia el futuro próximo se centran en mejorar el entorno, disminuir el impacto medioambiental de las construcciones y hacer de las urbes un lugar en el que se integren naturaleza y civilización, ¿porqué aquí los gobernantes locales no ven que estas actuaciones van totalmente en contra dirección? ¿Esta es la “City” de la que tanto nos hablan? ¿Este es el modelo europeo de crecimiento que quieren seguir? Dirán el modelo euro, que es lo único que van a conseguir con ese proyecto, muchos euros. No pueden coger como modelos a ciudades como Londres, con sus famosos parques (Hyde, Regent’s, Richmond…), Paris con sus Bois (Boulogne, Vincennes…), o Dublín (Saint Stephen’s Green, Phoenix Park, Merrion Square, Saint Patrick’s Park o sus cientos de pequeños jardines repartidos por la ciudad), no, aquí nos tenemos que parecer a Dubai, aunque, de hecho ya nos parecemos, hagan la prueba, busquen ambas ciudades (Málaga y Dubai) en google maps y busquen las siete diferencias, pocas más van a encontrar y dentro de poco menos aún, porque cuando pasen las elecciones, esta ciudad va a dejar de ser la de antes.

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