Todo Por La Patria

Últimamente casi todos mis escritos parecen empezar con noticias tristes o escabrosas, y eso que no soy fan de telediarios y me entero de las noticias un día después cuando llego a la oficina y entre ir y venir de un despacho a otro puedo ojear el Diario Sur. Leer las noticias en un periódico es, en mi opinión, bastante mejor que esperar a que te las cuente un locutor por radio o televisión, no por nada en concreto, simplemente que cuando ya te has cansado de leer algo, pasas de página, en radio y televisión puedes cambiar de canal, pero te encontrarás a cuatro o cinco noticieros más dando la misma noticia antes de verte obligado a apagar el aparato.

Hoy me he encontrado con la sorpresa de los seis soldados españoles que han asesinado en el Líbano. A traición con cincuenta kilos de explosivos escondidos en una puta Renault Express. Los han hecho volar por los aires y con eso se quedan contentos. Una victoria para los fanáticos islamistas, esos que no hacen guerra santa (porque nadie puede santificar las guerras) y ahora se dedican a hacer terrorismo internacional solo porque nosotros estamos ahí para impedir que maten a sus vecinos de manera impune, tal y como hacen en Irak y como intentan hacer en Afganistán. Los libaneses, los de a pie, la gente de la calle como puedo ser yo, están hartos de guerra y muerte, llevan décadas de conflictos y vivir entre terror les quemó hace mucho las pocas simpatías que pudieran tener por aquellos que se hacen llamar ahora liberadores del Islam. Una religión de paz no puede incitar a nadie a matar y el Islam es una religión de paz y amor, los que matan en su nombre se equivocan tanto como cualquier otro que mate por su religión. Por amor se puede morir, pero matar, matar solo se mata por odio y una religión no fomenta el odio. Los ciudadanos del Líbano quieren vivir en paz y armonía y agradecen como nadie la ayuda internacional, estoy seguro de que los que han hecho hoy esto no son de ese país, sino mercenarios reclutados en otros países, con los cerebros lavados y tan equivocados en sus pensamientos como en sus acciones.

Pero lo de la sorpresa que he referido antes es, por supuesto, relativa. Porque creo que no hay misión internacional, no hay expedición de la ONU, ni país en conflicto en el que España no haya perdido, al menos, un hombre de todos los que ha enviado a “mejorar la situación”. Si, son misiones de alto riesgo, son estados de alerta máxima y zonas de conflictos bélicos latentes o activos. Todo el que va sabe que se va a encontrar, por eso son voluntarios (bueno, no todo el que va lo hace voluntariamente ya que los oficiales no pueden decir que no a sus mandos, que esto sigue siendo el Ejército) y, por supuesto, se expone a un riesgo, llámese éste; ataque, incursión, atentado o que un escorpión te pique la minga. Ahí estoy de acuerdo, si vas a esos sitios aceptas las consecuencias de lo que te puede pasar, por supuesto, pero lo que encuentro inaceptable es que una gran mayoría de las muertes de soldados españoles en misiones internacionales no ha sido por acciones hostiles, no, la mayoría ha sido por descuidos, fallos mecánicos y faltas de medios. Todo el mundo se acuerda del Yakolev que se estrelló matando a decenas de oficiales ¿verdad? Aquello todavía no se ha dejado claro, ¿porque no se fletó un avión español o se contrató una línea aérea que diera un mínimo de confianza? A mí todavía no me queda claro. El año pasado se estrelló un helicóptero en Afganistán muriendo todos sus ocupantes ¿un ataque, una mala ráfaga de viento? Todavía no se que fue lo que pasó exactamente. Hoy han sido seis jóvenes en un BMR, reventados por que a algún capullo del ministerio se le olvidó dar prioridad a la petición de los inhibidores de frecuencias. Hacía más de un mes que se habían solicitado y, según dicen, los iban a enviar la semana que viene, justo en la misma fecha que estos chicos iban a volver, supongo que para aprovechar el viaje de ida. Ahora también lo aprovecharán, cuando vayan a llevar los féretros, las salvas y las medallas al mérito militar.

Aquí no aprendemos nunca de los errores cometidos y en la próxima misión de paz en “Chiquitistán”, cuando el futuro secretario general de la ONU, el esquimal Nanuk Yomencargo, le pida al presidente de turno de este país que controlemos la rebelión de los “insurgentes chiquiteros”, nuestro gobierno dirá que si, que por supuesto, que cuantos quieres que mandemos, ¿mil, dos mil, cinco mil? Pues allí que se los remitimos vía air mail President Nanuk. Con el equipo justo, la preparación que podamos y dos mil euros al mes, total, estos por ese dinero y por su bandera hacen lo que sea y donde sea. Ya sabe su lema “Todo por la Patria”.

Si, pero, por desgracia, sin la Patria.

Comentarios

MCarmen ha dicho que…
Por desgracia, después de todo lo dicho hay que añadir que eran niños, niños que querían ayudar a mejorar la situación de un país, en donde, lo que se han encontrado ha sido la muerte a manos de unos desarmados, que lo único que pretendían era hacer daño, sin pensar en qué situación se pueden encontrar sus familias, como es el caso del soldado sevillano David Portas. Un chico excelente, con ganas de ayudar a pesar de dejar en su casa, a un padre con un cáncer terminal. Por ese padre, para pasar todo el tiempo que pudiese con él antes de su muerte, dejó el instituto y las reuniones de jóvenes que se hacen cada dos semanas en los agustinos recoletos, pero se cruzó en su camino la idea de las Fuerzas Armadas y, por ella, lo dejó todo. Se fue con una maleta cargada de ilusiones, de ganas de ayudar, de sentirse útil en un país donde la ayuda humanitaria es imprescindible. Pero ha vuelto, antes de lo esperado, pero también de la manera menos esperada... Descansa en paz, querido Portas, tus amigos siempre te recodaremos.

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