50 Bombonas

Os presento la nueva tarjeta de "Amigos de Búscate La Vida", con esta tarjeta podrás acumular puntos y cuando tu saldo sea suficiente podrás canjearlos por cheques regalo, artículos promocionales, descuentos en compras, etc.

* ¿Cómo conseguir puntos? Es muy fácil, tan sólo tienes que visitar tu blog favorito (www.buscatelavida.blogspot.com) y dejar un comentario en el post que más te haya gustado, impresionado o llamado la atención. Por cada comentario publicado recibirás un "Chachi-Punto". Por cada comentario contestado por mí recibirás cinco "Chachi-Puntos" y si encadenas una serie de cinco comentarios contestados, tus "Chachi-Puntos" se multiplicarán por diez.

* ¿Cómo canjear tus puntos? Muy sencillo, por cada mil "Chachi-Puntos" acumulados te haremos entrega de un "Chachi-Cheque" por valor de un "Chachi-Euro" que podrás descontar en nuestros artículos promocionales. Con ellos podrás conseguir productos tan exclusivos como la camiseta oficial de www.buscatelavida.blogspot.com, con frases únicas como "¡La Madre Que Parió A Los Truca Pepinos!", "La Política Apesta, Pero Me Divierte" o "Si, Soy Friki, Pero Tú También Lo Eres. ¡Ha ha haaaa!". Todas firmadas por mí, que para eso soy el que ha parido el invento.

Obviamente, todo lo que habéis leído hasta ahora no es real (aunque lo de los "Chachi-Puntos" tiene tirón, voy a tener que registrarlo). Se me ocurrió ayer después de acudir, por segunda vez, a comprar la bombona de butano. Fuimos a una gasolinera de Cepsa y, por segunda vez de nuevo, me ofrecieron sacarme la tarjeta "Porque tú vuelves" y, aunque la rechacé amablemente como es mi costumbre, esta vez me endosaron un panfletillo informativo-solicitativo. Por curiosidad me puse a leerlo, para saber que me ofrecían con tanta insistencia, si alguien te quiere regalar algo lo lógico es que sea algo bueno. Si, bueno, eso es lo que yo pensaba. No me leí la letra pequeña, pero supongo que todos estos tipos de contratos son iguales, tú te comprometes a comprar allí y ellos a pasarte la tarjeta por un lector-grabador y acumularte puntos. Hasta ahí todo bien y todo normal, compromisos no abusivos y promesas de grandes regalos y descuentos. Hasta que sigues leyendo y haces cuentas.

Nosotros las gasolineras Cepsa sólo las pisamos cuando tenemos que comprar las bombonas de Butano, nos pillan relativamente lejos, mal situadas y son bastante escasas en la ciudad, al menos yo sólo conozco tres, habrá más pero personalmente no se donde se ubican. Por lo tanto vamos porque no nos queda más remedio. Según calculamos ayer, esta operación la hacemos entre cinco o siete veces al año. Y ahora viene lo gracioso. Según el panfletillo, por la compra de una bombona, Cepsa te acumula un total de veinte puntos (20) en tu tarjetita. Está bien, dirá la gente. Eso serían en nuestro caso ciento cuarenta puntos (140) anuales. Ahora bien, si seguimos leyendo, cuando llegamos al apartado de "Canjeo de Puntos", nos explica que, por cada 1000 puntos te dan un euro para gastarlo en lo que tu quieras. Haciendo la cuenta de la vieja, me sale que para que me den un euro (que no te lo dan sino que te lo descuentan de una compra) tendría que comprar cincuenta bombonas (¡50!). Y para conseguir el regalo más barato (Una birria de reproducción a escala de un coche) encima tendría que comprar quince más. La cosa tiene gracia ¿o no? Que para conseguir una estúpida maqueta de coche a escala 1:43, que en la calle no vale ni diez euros, tengas que gastarte más de ochocientos euros, pues como que no compensa. Además ¿que haría yo con las bombonas que me sobran? Porque no me van a caber en la casa ya que, las promociones no son ilimitadas y seguro que nueve años más no va a durar para que yo pueda conseguir un Mini Cooper en miniatura, ni ganas que tengo yo de seguir comprando butano por tanto tiempo.

Con este plan no dan ganas ninguna de hacerse tarjeta alguna. La última que llevaba en la cartera era la "BP Premiere Club" y ni para abrir puertas me sirvió, una vez se me olvidaron las llaves de la oficina y se me partió al intentar abrir la puerta cutre de madera que me separaba de mi despacho, lo cual dice mucho de la calidad de la puerta.