Que Siga Habiendo Tensión

Hoy no se habla de otra cosa. El Presidente del Gobierno se ha caído con todos los trastos encima. Y ahora los lobos de la oposición, añil o carmesí, da igual el color, se han lanzado en jauría a por el cuello de Don José Luis y de todo el que que se mueva a su alrededor.

Si una cosa ha quedado clara de todo lo que se puede dilucidar en esa frasecita tan inoportuna, es que no hay nada peor para un político que sentirse cómodo en un lugar, porque cuando uno se relaja acaba descuidándose y, por si alguien no lo sabe, la lengua es el músculo que más fácilmente se suelta, sobre todo si está relajada y cómoda. El amigo del dedo en la ceja estaba como en su casa en los estudios de CUATRO (su cadena amiga, la de los socialistas quiero decir), charlando con los colegas, tratándose de tú a tú con un monstruo de la comunicación como es Iñaki Gabilondo (Algo partidista y sectario, sobre todo a la vejez, todo hay que reconocerlo) y claro, no podía resistirse al compadreo de después de la entrevista. Si es que es normal, todos somos humanos y no podemos perder la oportunidad de regodearnos, de presumir, de fardar y claro, el Presi lo hizo. ¡Que poco me gustan los tipos que van de sobrados por la vida! Y que bien que me ha sentado que lo pillaran en un renuncio como este.

Apenas tengo tiempo de escuchar tertulias, de modo que no se si todas las reacciones se habrán centrado en la frase en sí y su relación con la política, que es normal que sea así ya que va a tener mucho peso e impacto en toda esta campaña tan calentita que nos espera. Pero, supongo que alguien se habrá dado cuenta del increíble valor periodístico de la misma fuera de la vorágine política. Porque, si bien no era un secreto que el Grupo Prisa (Canal +, CNN, Cuatro, El Pais, etc...) y su ya desaparecido presidente, el Sr. Polanco, siempre ha sido afín a la corriente ideológica del PSOE (Que a mí, personalmente, todavía no me queda muy clara cual es, la verdad) cierto es también que nunca antes había quedado tan claro el hecho de que los periodistas y trabajadores de ese grupo son como mercenarios al servicio e interés de un grupo político en cuestión. La frasecita se puede tomar perfectamente como una orden encubierta, o una especie de directriz a seguir por los sicarios de la palabra sucia, cosa que convertiría también a estos más que cuestionables relatores de la actualidad en copartícipes de la crispación, el enfrentamiento y la mala leche que reina en todo el país desde hace ya unos añitos, no muchos.

Vergüenza le debería dar al director de informativos de Cuatro por dejarse mangonear tan impunemente por un puñado de políticos que sólo buscan perpetuar su escaño y su estatus económico-social y el de sus amigos. A día de hoy Iñaki Gabilondo representa lo que en su momento fue la figura de Alfredo Urdaci, el brazo mediático, semi-oculto, del poder fáctico. Creerle a partir de ahora va a ser, si cabe, aún más difícil que hace, como quien dice, dos días.