Un País de Limosneros

A base de muchos años es como se consigue que la gente asuma un estado, o una condición, aunque esta no sea cierta. Con esfuerzo, tesón y mucha insistencia se puede inducir a quien sea el ánimo que se quiera.

Eso es lo que han hecho los gobiernos españoles de las últimas décadas. No sólo el Gobierno de España, los autonómicos también tienen mucha culpa de esto, muchísima. También la tiene Europa, que, con todo lo bueno que nos ha traído, hay que decir que, en cuestión de sus Fondos de Desarrollo, tiene menos control que un portero de discoteca con una copa de más. Este país, se ha forjado un futuro bastante gris a base de subvenciones, de todo tipo (empleo, sociales, empresariales, culturales...) tan manirrotas y descontroladas han sido las instituciones en este sentido que la gente ya exige las subvenciones en lugar de esforzarse para merecerlas. Es lo que yo siempre he llamado "Cultura de la Subvención", porque ya está tan imbuído en el ser español, que forma parte de la vida cotidiana, cuando debiera ser algo excepcional.

Ojo, no estoy en contra de las garantías sociales, prestaciones por desempleo y ayudas para casos extremos. Pero si de la facilidad con la que se aprueban medidas extraordinarias con base a los Presupuestos Generales del Estado. Si, realmente los "420 Zapateuros" me han llegado a lo más hondo de mi alma de trabajador. Y me han dolido. No porque los beneficiarios de esa medida no los necesiten (no voy a decir "merezcan" porque habrá de todo ahí metido) pero la forma de plantear esa medida especial es, a mi parecer y al de muchos de los que conozco, totalmente erronea. Me ponen negro las "soluciones" del gobierno en este sentido. Eso no es solucionar, es parchear y desperdiciar una fuerza de trabajo necesaria en muchos lugares de este país.

¿Porqué este tipo de ayudas se tienen que dar sin contraprestación por parte del beneficiado? ¿Es que no hay trabajo por hacer en este país? ¿Es que no se puede diseñar un plan de empleo nacional que beneficie a ambas partes? A esos millones de desempleados que se van a "beneficiar" de esta ayuda, ¿no se les podría emplear en tareas de limpieza de arcenes, cuidado de ancianos, vigilancia de playas, bosques y parques o miles de trabajos parecidos? En jornadas de tres o cuatro horas diarias, con sus cotizaciones y, sobre todo, con el orgullo de estar trabajando y la sensación de bienestar que produce el hacer algo bueno. Pero no ¿para qué? ¿Porqué vamos a crear empleo pudiendo regalar el dinero? Además, para esas chorradas de empujar viejos en sillas de ruedas ya están los voluntarios ¿no? Los arcenes no están tan sucios y los bosques se van a quemar igual ¿verdad?

Pues no lo sabremos nunca, porque en este país que todavía se sigue llamando España, hay cosas que no cambian, por mucho que los que pueden prometer, prometan.

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