Una de Frikis

Lo de ser "friki" es algo realmente ambiguo, claramente no están bien definidas las características que engloban a una persona dentro de ese término. Por ejemplo fíjense en mí, treinta y un años, economista, casado, hijo de militar, de creencias religiosas firmes, buen ciudadano, ayudo a la comunidad en lo que puedo, respeto las normas… una persona corriente ¿no? Pues no, realmente no soy tan corriente, mi familia y mis amigos, que bien me conocen, saben perfectamente que detrás de esa imagen de buen chico se encuentra el corazón de un friki, amante de los comics desde que prácticamente empecé a leer, coleccionista de figuras de acción, fan de Star Wars (aún conservo todos los personajes a escala de cuando era niño) y, en fin, entusiasta de todo ese extraño mundo que los "eruditos" sitúan entre el séptimo y octavo arte (las novelas gráficas). Ser friki no implica dejarse el pelo largo, usar gafas redondas, una perilla como la de un chivo y vestir camisetas negras con logos Manga, no, esa palabra abarca un campo más amplio de personas, por ejemplo, conozco a tipos que jamás han pisado un aula de la universidad y son expertos en egiptología, incluso pueden leer jeroglíficos como si fuera su segunda lengua, igual ocurre con los fans de Tolkien, ahora está de moda con todo lo de las películas y se considera "guay" eso de hablar "élfico" y escribir en runas, pero antes eran tipos raros, colgados que se reunían en los sótanos de sus casas para jugar al rol. Hay tipos que son los más normales del mundo, fueron contigo al colegio y como no les gustaba estudiar se metieron a trabajar pronto, las cosas les fueron bien y ahora están casados, y tienen un par de hijos, su vida está asentada. Tú desayunas con ellos todas las mañanas en el café de la esquina, se sienta a tu lado en el fútbol, incluso lleva a los niños a la misma guardería que tú, un día os encontráis y como no tenéis prisa os vais a tomar un café, lleváis una conversación de lo más cotidiana, la mujer, los hijos, el trabajo, la liga, Zapatero y sus chicas… de repente, a él, como del sobaco le empieza a sonar "Bulería" de Bisbal a toda pastilla y el tipo este se saca del bolsillo de la chaqueta un móvil último modelo lleno de colorines azules y rojos que vibran y parpadean al ritmo, lo pone encima de la mesa, no lo toca, seguidamente saca un diminuto adminículo plateado con "leds" azulones y se lo cuelga de la oreja mientras dice con voz firme y libre de todo sentimiento "¡Descolgar!", de repente te das cuenta de que media cafetería os está mirando y notas un sofoco enorme y como los colores se te empiezan a subir (no tenías esa sensación desde que se te escapó un cuesco en el cumpleaños de la abuela de tu primera novia). Acto seguido el teléfono deja de vibrar y este hombre comienza a hablar con la que intuyes es su señora, la conversación trascurre rápido y de esta manera: .-"Si, hola, aquí tomando un café con un amigo, si, vale, dos barras de pan, hasta luego." Tiempo total de conversación, siete segundos con diez milésimas, tiempo de preparación para atender la llamada treinta y dos segundos. Y todo por tirarse el moco delante de ti de que domina la tecnología punta. A esto tu te callas lo de que eres el diseñador del software que hace que ese trasto funcione y millones más en todo el mundo. Ahora bien, tu eres el friki porque ayer te vieron comprando las entradas para ver el Episodio III de Star Wars (¡Que injusto es el mundo!). El caso es que los frikis, para desgracia de muchos, estamos por todas partes, hacemos que funcione la tele, que el ordenador no tenga problemas (o que los tenga), educamos a vuestros hijos, cuidamos de vuestra salud y hasta dirigimos las instituciones públicas, de modo que, la próxima vez que penséis mal de nosotros miraos bien, quizás descubráis que no somos tan diferentes.
¡Ha ha ha ha haaaaa!
Un beso a todas y un abrazo a todos.

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