Una de Batallas Estelares de Andar por Casa

Haciendo una analogía con el mundo del cine podríamos decir que la situación actual en España es como el argumento de la Guerra de las Galaxias (bueno, lo admito, es una comparación un tanto “friki”, pero es que yo soy así, no tengo remedio). El caso es que tenemos que situarnos en los precedentes, en el Episodio I, donde toda la trama política deja entrever una mano negra que está moviendo los hilos para, Dios (o la Fuerza) sabe que fines oscuros. La estabilidad reina en la galaxia, la República se mantiene unida gracias al buen entendimiento entre los diferentes pueblos pero existe una hostilidad de fondo que lo envuelve todo, un ataque a un pueblo pacífico genera un cambio político y desencadena una serie de acontecimientos que revolucionan el Status Quo y hace que todo se vuelva insostenible. ¿De que me suena todo esto? No voy a decir que Zapatero sea Darth Sidious (no tiene tanto carisma el tipo ese), ni que Caldera sea Lord Tyrannus (Christopher Lee levanta más pasiones). Tampoco vamos a comparar a Rajoy con un maestro Jedi (le sobran kilos, aunque sinceramente a veces da la impresión de que habla Bochi, o Wookie). Y el resto de miembros de la escena política de hoy día no se acercan en mucho a los personajes de la saga, aunque el Parlamento se parezca mucho más a la Cantina de Mos Eisley que a la Cámara del Senado de la República y es ya que dejan entrar allí a cualquiera, un día de estos Don Manuel Marín se va a levantar de su sillón y le va a decir a un diputado eso de “¡Eh, aquí no servimos a seres raros como ese!” Y es que con tanto liberalismo, tanto laicismo y tanta ley electoralista, esto va a acabar como el Rosario de la Aurora, o sea, como el parlamento de Taiwan, con diputados echándose agua, tirándose zapatos o arreglando las cosas como decía el “ilustrisimo” Sr. Lehendakari, a tortas. Porque a alguno ya les vale, no es que tengan sables laser, Dios nos libre, pero como Labordeta saque la garrota de la mochila más de uno va a salir aviado. Aunque lo mismo me equivoco y todo esto que están haciendo los nuevos no es más que fomentar el amor ¿no? Porque, digo yo, si ahora me puedo casar con el carnicero no veas tu que chollo, ahora cuando salgo de marcha y no me como una rosca con una chica pues me voy al otro lado que parece que ahora está de oferta ¿no? Y si no tiempo al tiempo, pisos subvencionados para matrimonios gays jóvenes. Esto unido a la ley del divorcio express nos da la combinación perfecta de nuevo truco picaresco typical spanish. Yo no tengo piso, mi amigo Juan tampoco, queremos irnos pero no tenemos un duro y en la lista para la V.P.O. estamos detrás del último. ¿Qué hacemos? Fácil, hazte gay, te organizas un bodorrio por todo lo alto en el salón de los espejos del ayuntamiento, invitas a media ciudad, pillas de dos a tres millones en el festorro, te piras de viaje al caribe, allí de gays nada de nada, mulatas, fiestas, coktails en la piscina del hotel. De vuelta te apuntas a la lista de pisos subvencionados del ayuntamiento, de la Junta, del Estado y del barrio si es que también los hay. Entre una y otra te has currado un pisito de solteros súper céntrico, con garaje y piscina, la hipoteca de risa y solo te ha costado un par de piquitos con Juan delante del fotógrafo, que total, entre las risas y el cava hasta llegaron a gustarte. En dos meses os peleais, tu tío Luis que trabaja en los juzgados os arregla los papeles y ¡zas! Divorciados antes de poder decir “para toda la vida Mari”. Tú por tu lado con tu parte y Juan por el suyo y mañana no se acuerda nadie de quien ha salido del armario. Jugada perfecta. Claro que, puede que me equivoque, porque, como decía el Maestro Yoda “…difícil de ver el futuro es…”
Besos a todos jóvenes padawanes.

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