01 noviembre 2007

El Pañuelo

Yo soy de los que escriben a contra pié, me gusta ir cuando el resto ya viene de vuelta, tratar los temas actuales cuando ya empiezan a dejar de serlo. Escribir a la primera impresión también me sale, pero he comprobado que uno así se deja llevar por los impulsos y los sentimientos más que por la razón, así que trato de evitarlo, a no ser que me encuentre muy quemado y no pueda impedir ponerme a soltar palabras, simplemente porque se me escapan y no las puedo controlar.

Con el tema de hoy, desde que se me empezó a pasar por la cabeza esto de “tratarlo a mi manera” no tuve dudas, debía esperar un tiempo para hacer las cosas bien. Pensarlo con calma. Asentar bien las ideas y razonar. Eso es lo que he hecho y, bueno, casi un mes después sigo sin estar seguro de que haya funcionado. Porque, sinceramente, sigo pensando prácticamente igual que cuando escuché la noticia por primera vez.

Resulta irónico que la primera vez en mi vida que escuchara la palabra “hijab” fuera hace un mes escaso y en las noticias. Hasta entonces, para mí, lo que se ponían las mujeres musulmanas en la cabeza era un pañuelo ya que no todas lo llevan, creía que era tradición de un país en concreto o una región. Pero resulta que no, que se trata de un indicativo de su fé en el Islam, un signo, una señal, algo que las identifica como creyentes y seguidoras de una doctrina religiosa. Si, sólo hace un mes que descubrí que eso se llamaba así por el enorme revuelo que se formó alrededor de las niñas que querían acudir a clase ataviadas con el susodicho. Una era en Cataluña y la otra creo que de por aquí cerca. Las dos familias decían que todo había sido decisión de las niñas y que ellos no habían influido en nada, pero, al mismo tiempo decidieron presionar a todo el que se dejara diciendo que no irían al colegio si no las dejaban ir con la cabeza tapada. O sea, a ver si me queda claro, la niña decide cubrirse la cabeza por voluntad propia, y eso está bien para la familia, pero aunque quiera ir al colegio, los padres deciden que no lo hará hasta que se respete el pañuelo, coartando la voluntad de la menor de querer ir a clase. En otro caso cualquiera, en el que unos padres impidan y/o prohíban a sus hijos el acudir a clase, por el motivo que sea, cualquier organismo competente de asuntos sociales, llámese ministerio, consejería o concejalía, se tiraría a la yugular de los padres, quitándole la custodia y haciendo que la niña acudiera al centro educativo. Aquí no. ¿Porqué? ¿Que diferencia hay? ¿Porqué existe ese miedo a herir la sensibilidad de una comunidad en concreto y, en cambio, a otras comunidades les aplican las leyes como si se trataran de la Inquisición? Yo no lo entiendo. Tenemos a un gobierno que practica el laicismo hasta sus más ridículos extremos, que suprime símbolos cristianos en colegios y que impide que se celebren fiestas como la navidad prohibiendo representaciones de belenes, por el buen rollito laico progresista que quiere que inunde el país. Ya me gustaría a mí ver que pasaría si un niño o una niña decidiera ir todos los días al colegio con el crucifijo de la primera comunión colgado del cuello, o si unos chicos judíos vistieran el “kipá” hasta para hacer deporte. ¿Se armaría este revuelo, tratarían los casos igual que el de las niñas musulmanas? Yo lo dudo mucho.

En verdad no se si este país ha sido siempre así, si durante toda su historia ha vivido bajo el influjo de pincha ojos, mete llagas y revuelve mierda. Tampoco se si los dirigentes de esta España se parecen en algo a los de hace cien años o a los de hace quinientos, tan débiles y asustadizos que se dejan manejar a placer por unos medios que, a modo de voceros y trovadores, se dedican a hacer dudar a los políticos de la utilidad de aplicar las leyes que ellos han creado (a su parecer) para el bien común. Pero lo que me han demostrado en este caso es que los que tenemos ahora no son muy de fiar, porque a la mínima duda de que van a perder votos echan el culo para atrás y dejan pasar a todo aquel que le pone una pega.

Yo lo he pensado con calma, y he tomado mi decisión. Si algún día un hijo me viene diciendo que en el colegio no le dejan llevar la Túnica de Jedi porque es un símbolo religioso o clerical, seré el primero que le apoye, y hasta de presentarme en el ministerio con mi sable laser sería capaz para defender el derecho de mi niño a, por decisión propia, vestir los hábitos que para él rigen su forma de vivir, de pensar y de actuar. Y quien dice de Jedi, dice de Sailor Moon o de Comando-G.

1 comentario:

MCarmen dijo...

¡Eso es apoyar y lo demás son tonterías! :-P
Pues sí, estoy totalmente de acuerdo contigo en que si estamos en un país laico, es laico para todos, si los símbolos cristianos están desapareciendo por ello de las escuelas, no deberían aparecer símbolos religiosos de ningún tipo. Pero ¿cuál es el problema? Que estamos en un país libre y por esa "libertad" esos padres o la niña o el propio Mahoma quiere que vaya con su Jihab, que cada vez en menos utilizado en familias de ciudad, que se están europeizando, pero como los imigrantes que llegan a ESpaña son mayoritariamente, no sé si definirlos como campesinosm vienen con sus costumbres muy arraigadas. Supongo que si un niño/a decide ir con su cricifijo no pasaría nada, porque ¿cuántos niños/as van a clase con ese rosario de plástico de colores, que no puedo evitar catalogalo de horterada?
Espero y deseo que la libertad de las personas se generalice a todos los ámbitos, incluso de la escuela.

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