Una Visita Fugaz


Yo siempre me he declarado un amante de los animales. Me encantan, no se lo que tienen que hacen que me olvide de todos mis problemas con sólo mirarlos. Por desgracia mi no-casa es tan pequeña y mi horario laboral tan amplio, que no puedo tener ninguno.

Los pájaros son mi debilidad. Desde siempre tuvimos canarios en casa, una época incluso tuvimos gorriones criados, de los que se caían de sus nidos en primavera. Pero de aquello ya hace mucho. La última vez que tuve un pajarillo en mis manos fue hace unos cinco años, bajábamos las escaleras de casa y un gorrión se había colado por una de las ventanas del descansillo y no sabía salir. Lo cogí y lo dejamos volar en la calle.

Este que sale en la foto ha entrado a hacerme una visita a casa. Estaba tranquilamente sentado frente al ordenador y he escuchado un ruido extraño que venía del salón hacia mí, cuando me he dado la vuelta lo he visto entrar aleteando por toda la habitacion hasta que se ha parado en la estantería de mis comics. Lo he cogido, se me ha escapado, siempre me pasa la primera vez porque me da miedo apretar demasiado, lo he vuelto a coger y he estado un ratito disfrutando de él (o ella, no se distinguir el sexo en los jilgueros). No estaba para nada asustado, algo ha peleado, picando y agitándose, pero no demostraba miedo, supongo que entraría en casa huyendo de un pájaro más grande y aquí al menos estaba a salvo. Recordé una cosa que aprendí viendo Los Documentales de La 2. Sir David Atteborough, en su serie "The Life of Birds", enseñó como en una isla tropical, las aves eran tan oportunistas, que incluso cuando estaban atrapadas, entre las manos de un hombre, como este pequeñin en la foto, no desperdician la oportunidad de pillar algo de comida. De modo que he cogido unos cereales, Krispies, y le he acercado unos cuantos granos de arroz inflado. Para mi sorpresa los ha picoteado todos.

Después he abierto la mano lentamente y se ha ido volando, desde el escritorio hasta la ventana.

Me voy a tomar todo esto como un augurio de buena fortuna, aunque no crea mucho en los augurios ni en la fortuna.

Que tontería que uno sea feliz con algo tan simple ¿verdad? Pero es que uno es así de tonto y de simple ¿Qué le vamos a hacer?

Comentarios

MCarmen ha dicho que…
Oooohh, ¡qué bonita la foto!
A mí también me gustan mucho los pájaros desde pequeña he tenido muchos, gorriones, golondrinas, canarios, periquitos... y ahora es mi abuelo quien los cria.
Tiene cuatro parejas de canarios que a veces crían, digo a veces porque el pobre tiene muy mala suerte y o se les mueren por el calor, o la madre es un poco hija de... porque los mata o simplemente no llegan a nacer.
El caso es que tengo en casa y cuando llego del trabajo cansada, me planto ante ellos y les silbo, a lo cual contestan ellos.
Pues este hecho tan simple hace que desconecte por un ratito de mis agobios y pensamientos. Verlos cómo me miran con esos ojitos tan vivos y escuchar cómo pían en respuesta a mi silbido me relaja mucho.
Por lo cual debo deducir que también soy simple. Pues si por cosas como estas somos simples... ¡¡Viva la simplicidad!!

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