Vuelta A La Edad Media

La religión ya no es el "Opio del pueblo" como dijo en su momento Karl Marx. Por aquel entonces el autor de "El Capital" pensaba que la Iglesia ejercía un poder demasiado subyugador sobre la conciencia y la moral social, hasta tal punto que lo alienaba de sus propias vidas, dando más importancia a las obligaciones para con la iglesia, y por ende para con Dios, que a su existencia e individualidad. En aquella época la iglesia tenía todavía poder real y político. Hoy en día, aunque aún conserve bastante, se encuentra más diluído.

En la actualidad, aunque nos nieguen su muy evidente existencia, estamos rodeados de muchas formas de alienación social. Están tan a la vista que es una tontería que yo las enumere. Pero curiosamente, estas son sólo parte de un plan mucho más elaborado, algo maléfico de lo que me he dado cuenta hace poco. Alguien o algo, un individuo con mucho poder, o un grupo de la élite muy bien organizado, ha hurdido un plan para hacer que toda la sociedad española regrese a los niveles de populacho de la edad media. Nos quieren embrutecer y primitivizar, convirtiéndonos en una masa de autómatas sin aspiraciones, tan sólo con necesidades y cada vez más básicas.

¿Y cómo se hace eso? Muy fácil, ¿por donde atacas a un enemigo, sea cual sea su fuerza y tamaño, por el punto más débil, por su base. ¿Y cuál es la base de la sociedad? Pues ni más ni menos que La Educación. Y nosotros en eso no llegamos ni a "P.A." (Progresa Adecuadamente). Es curioso, como todos absolutamente todos los regímenes políticos que hemos vivido en los últimos cien años comparten una misma visión sobre la educación, que no es ni más ni menos que la de esparcir las ideologías desde las bases, a los indefensos niños-esponja. Puedes disfrazarla de "urbanidad" o de "educación para la ciudadanía", como si lo quieres llamar "urbanología aplicada", el caso es influir moralmente sobre los querubines y convertirlos poco a poco en adeptos a la causa o en ciudadanos-as políticamente correctos-as. Da igual si por aplicar tanto esfuerzo en la invención e integración de la nueva moralidad se pierde el norte y el sentido de la enseñanza, que no es si no otro que la formación académica y cultural de los jóvenes. Eso no importa ya, porque no está dentro del plan.

¿Y cual es el plan? Acaso no es obvio. Desde finales de los ochenta y principio de los noventa, se ha venido viendo una progresiva degradación en la calidad de la enseñanza en nuestro país. Los traspasos de competencias no han hecho más que dar a los grupos nacionalistas y autonomistas la oportunidad de politizar la educación, convirtiéndola en otra arma arrojadiza entre comunidades y para con el estado central. Y el Ministerio no ayuda aplicando criterios equívocos y cambios de planes a diestro y siniestro, sin más motivo que deshacer lo que el anterior gobierno hizo, sólo porque era de otro color y/o corriente ideológica, aunque estuviera bien hecho. ¿Qué se está consiguiendo con todo esto? Una enseñanza de mala calidad, una limitación de los derechos de los docentes y una ampliación (excesiva en muchos casos) de los de los alumnos , que han hecho que desde los años noventa hacia acá, nos hayamos convertido en el hazmerreír de Europa en lo que a educación se refiere. Absentismo escolar creciente, fracaso, agresiones a profesores por alumnos y padres. Y todo eso sólo tiene una consecuencia, cada año nos encontramos con una mayor cantidad de jóvenes escasamente preparados, mal formados y pésimamente educados. Año tras año miles de jóvenes en edad no escolar abandonan las cuatro paredes del instituto con un futuro incierto (cada vez más) y una cultura casi inexistente. Carne de cañón para empresarios sin escrúpulos. Mano de obra barata y fácil de sustituir. Y aún más fácil de dominar ya que los pobrecitos no saben ni pensar y tienen el cerebro totalmente reducida a impulsos básicos y elementales: Comer, Dormir, Divertirse (CDD a partir de ahora).

Estas tres necesidades básicas y elementales del futuro pueblo español, se encuentran más que satisfechas gracias a los gobiernos que tanto interés han puesto en que, los niños de ayer, no se esforzaran por un mísero aprobado en el colegio. La televisión está llena de contenidos hipnotizadores, y si eso falla están los videojuegos, Internet, salir de marcha... Alimento para mentes poco desarrolladas. Porque no interesa que la masa piense demasiado en lo mal que van las cosas. Hay que anestesiarla con drogas permitidas y darle poco que hacer a sus cerebros. Que la cosa se pone fea, fútbol, toros y programas del corazón.

Mi generación, que creo que fue de las últimas que salieron medianamente preparadas y educadas, con capacidad suficiente como para distinguir entre lo que es bueno y es malo, no interesa ser duplicada, repetida o emulada. De modo que lo que están haciendo ahora es reventar los cimientos a base de estupideces y cebar a los niños y a sus padres con ideas equivocadas y teorías modernas de la muerte, de esas que dicen que para que el niño sea un hombre bueno y de provecho en el mañana hay que dárselo todo sin que se esfuerze. Supongo que nosotros, les hemos salido ranas y somos una pandilla de cabrones hijoputas. O, al menos, eso es lo que les debemos parecer a los que dejamos mandar cada cuatro años cuando nos da por protestar, o simplemente escribir cosas como estas.

Pero, claro está, esto es sólo una teoría. Aunque está más cerca de la realidad que ninguna de las que he pensado hasta ahora.

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