En Terminando...

engo tres días para hacer balance de lo que ha deparado este año que está a puntito de dejarnos. Y esta vez me gustaría centrarme, única y exclusivamente, en lo bueno que ha sucedido. Puede que sólo me de para rellenar un par de líneas, pero ¡qué demonios! Saquemos nuestro espíritu navideño y hagamos del mundo un lugar más feliz.

El 2009 ha tenido cantidad de motivos para alegrarse. Ha sido el Año que Davinia, mi antigua asistente, decidió tomar las riendas de su vida en Madrid junto a su Carlos, y por eso me alegré mucho. El año en el que "Pichí", mi pequeño gorrión, me alegró todos y cada uno de los días en que estuvo conmigo. Y el año en el que Ana encontró la casa de sus sueños, la misma en la que ahora disfrutamos de la vida. Mi amiga Stefy volvió a Málaga para quedarse (no sabemos por cuanto tiempo, pero ahora está aquí y eso es lo importante). Mi queridísima Renia pasó unos cuantos días en Málaga y, fuera de lo habitual, nos vimos más de una sóla vez al año. Mis amigos Sebi y Mª José se quedaron, por fin, embarazados, de un niño que, al parecer, va a ser el vivo retrato de su padre. Este año, Irene volvió a ser Irene, después de muchos años de estar escondida. Vanessa ha descubierto que la felicidad puede estar a la vuelta de la esquina, aunque duela un poco. Maricarmen, que la espera da frutos, aunque sea larga. Y Sammy, que puede conseguir todo lo que quiera si se lo propone, sólo ha de creerselo.

Este año lo recordaré por ser aquel en que decidí dejar de lado a Windows en mi vida y probar otros sistemas operativos, primero fue Ubuntu, que es estupendo pero que a mi se me queda algo corto y hace poco he dado el gran paso y en casa trabajo con Apple y eso me hace muy feliz (¡Manzanas al poder! ¡Abajo las Ventanas!). Por fin me reformaron la oficina, con lo que he pasado de estar ocho horas encerrado y aburrido en un lugar cochambroso e infestado de bichos, a pasar ocho horas encerrado y aburrido en el mismo lugar, pero más bonito :) (He dicho que iba a ser positivo, ¿no?). Aprendí a hacer magdalenas (muffins, cupcakes... como quieras llamarlas) y tienen bastante éxito. A criar gorriones, aunque mi Pichi se pusiera malito. A arrancar malas hierbas a mano y cortar el cesped a máquina. A sacar una piña de otra piña. A hacer muebles con palets, a cambiar grifos y a restaurar puertas. Volví a aprender a montar en bicicleta (es verdad eso que dicen de que nunca se olvida). Descubrí que releer viejos comics es tan divertido como hacerlo por primera vez, incluso más. Ha sido el año en que he asumido que soy un friki (un nerd en inglés) y hago gala de ello allá donde voy, aunque con moderación, tampoco hay que pasarse. Un ejemplo de ello es pensar que la mejor película que he visto en 2009 ha sido Star Trek.

El año de Facebook, sin lugar a dudas. Con sus pros y sus contras, pero su año. Gracias a esta red social me he reencontrado con viejos amigos, y he establecido nuevos lazos con los de ahora y familiares. Prueba de ello es mi creciente "Club de Seguidoras", que disfrutan leyéndome y así me lo hacen saber, entre ellas están mi primita Laura, mis compañeras Yolanda y Cristina y la más reciente, Liz de Guatemala, que sólo lleva dos días y me ha hecho muy feliz, porque siempre he tenido la impresión de que nadie me leía y ahora se que mi ironía llega allende los mares.

De mis amigos y amigas he aprendido a ser Fuerte, como Susana, que no se rinde ni ante la adversidad más grande. Luchador, como Fany, que (aún con sus momentos de flaqueza) sabe como seguir adelante en estos malos tiempos. Constante, como Luis, al que los reveses de la vida no le quitan las ganas de continuar persiguiendo su sueño. Valiente como Manu, que dejó su puesto de siempre para conseguir el trabajo de su vida. Y Tenaz como Alex, que al final va a alcanzar el sueño de todo español, ser funcionario.

Del dos mil nueve me queda la grata sensación de saber que he dejado algo de huella en la gente que me rodea, familia, clientes, amigos. Por hacer favores, ayudar o simplemente estar allí cuando se me necesitaba, aunque fuera de lejos.

Me resta dar las gracias por todo lo que ha pasado, lo bueno y lo malo. Pero sobre todo porque ya, por fin, este año ha pasado. ¡GRACIAS A DIOS!