Tiana

Tiana es el nombre de un pueblo de Cataluña, que resulta ser, a fecha de hoy, el más eficiente en lo que a reciclaje de residuos se refiere, de todo el país (España, me refiero). Cinco mil habitantes que todos los días separan, clasifican y bajan su cubito a la hora exacta a la que pasa el camión de recogida. Cada día un cubito diferente y ojo con equivocarse de día y color, que te cae una multa por despistado, o por listillo, que también los habrá en Tiana.

Este pueblo, galardonado por Europa (Ese ente que pulula por nuestros medios informativos y dirige nuestros destinos) recicla entre el setenta y cinco (75) y el ochenta (80) por ciento de sus desperdicios. Alguno dirá, "¡Bah! No llegan al 100%". Pues no, no llegan, pero contando con que en ninguna de las grandes ciudades españolas se llega a un veinte (20) por ciento, pues lo que ellos hacen es una maravilla.

¿Y cómo se explica esta enorme diferencia? (Abismo diría yo). Bueno, contando con que la simple mentalidad de la gente de pueblo, dista mucho de la de cualquier urbanita, en lo que a conciencia social y comunitaria se refiere, la cosa está clara. En los pueblos todo el mundo sabe que las calles son de todos. Los vecinos siguen preocupándose por lo que le pasa al otro. Limpian su trocito de acera, cuidan sus jardines, sus parques, sus plazas. No lo dejan todo a la decisión del ayuntamiento, a su dictamen y/o antojo, como en las grandes urbes (y no tan grandes también). Un buen ayuntamiento también ayuda. Un alcalde comprometido y unos grupos concienciados, sabedores de que un buen compromiso tomado a tiempo puede ser beneficioso para todos hoy y también mañana, es una ventaja enorme y un lujo, sobre todo en estos tiempos que corren, tiempos de oportunismo, zancadilla y corrupción.

Cuando la limpieza de una ciudad o pueblo deja de ser un servicio público para convertirse en un negocio, las cosas empeoran sin remedio. Cuando las empresas públicas, semi-públicas, o participadas por el ayuntamiento sólo se ven como un medio para que los que ostentan el poder se sigan enriqueciendo y no como un servicio, estamos perdidos, o vendidos, que para el caso es lo mismo. Cuando desde los organismos competentes se escudan en seguir directrices europeas, sin informar al ciudadano, sin poner medios adecuados o suficientes, sin premiar y sin sancionar, el resultado es el que cabe esperar, una mierda (nunca mejor dicho). Las ordenanzas municipales no se siguen y la gente tira su basura a los contenedores desde las siete de la mañana hasta después de que haya pasado el camión de recogida. Los servicios de retirada de material reciclable no pasan a diario, ni cada dos días, a veces ni cada cuatro días, con lo que se acumulan desperdicios en numerosos puntos de la ciudad. Y es que cuando no hay voluntad por parte del responsable, la poca ilusión y compromiso que pueda tener el pueblo acaba diluyéndose en el tiempo. Y si a eso le unes una población desganada y que jamás ha querido comprometerse en el cuidado de su ciudad, pero que siempre exige que todo esté perfecto, obtienes lo que hay en cada ciudad de este puñetero lugar, ecología de andar por casa y a conveniencia.

Esto último es lo que hace mucha gente para acallar su conciencia. Hoy compro este producto que dicen que limpia sin contaminar (pero el bote de plástico lo tiro a la basura). Me compro dos bombillas de bajo consumo, pero el telévisor de 40''. Le pongo un filtro difusor al grifo del fregadero, pero en lugar de ducharme me doy un baño relajante todas las noches.

Es una pena que todos no seamos como en Tiana, comprometidos y solidarios. Concienciados con la necesidad de mejorar el medio ambiente. Allí si que siguen la máxima ecológica "Piensa globalmente y actúa localmente".

Comentarios

Santi ha dicho que…
Jose M.
Como vecino que soy, de este bonito pueblo catalán, te agradezco la difusión de esta noticia.
Gracias, y mil veces gracias.
Jose M. Bermejo ha dicho que…
De nada Santi.

Un placer comentar algo tan bonito y esperanzador, para variar. :)

Un saludo.

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