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Casi sin darme cuenta he llegado a mi entrada número doscientos. Increible. Jamás pude pensar que cinco años después de mi primera publicación, aquí seguiría, escribiendo, más o menos regularmente. Sinceramente, creí que me cansaría mas tarde que temprano y que acabaría por cerrar o borrar el blog. Desanimado porque nadie me leía o aburrido de quejarme tanto. Pero, resulta que no, aquí sigo yo, al pie del cañón. Buscando temas (más bien encontrándomelos) para hablar, comentar, pensar y dejar mi mente volar un poco. Porque esto de escribir es como una relación a distancia, hay que mantenerla a base de esfuerzo, empeño, cariño y constancia, mucha constancia, como todo en la vida, supongo. Y en esa relación pasas por todas las fases. La ilusión de lo nuevo, la tranquilidad de lo conocido, la estabilidad del día a día, algunos enfados ocasionales, el esfuerzo por mantenerlo vivo, la superación ante la adversidad.

Y es que en estos años he hablado de tantos temas y tan variopintos, que muchas veces me da la impresión de no saber de donde agarrar para hacer otro comentario. Pero, curiosamente, cuando parece que voy a tirar la toalla, cuando creo que ya no hay nada que merezca la pena ser tratado, descrito, explicado o criticado, llega la inspiración con algo, una noticia, un suceso, una historia especial que hace que sienta la necesidad de lanzarme al teclado y manchar de negro la blanca panatalla. En este tiempo he escrito de todas las formas posibles, allá donde estaba, en el lugar en que me pillara la musa (esto suena algo raro). He utilizado libretas, agendas y procesadores de texto. Me he hecho con un Moleskine, en el que anoto todo lo que se me viene a la cabeza o se me ocurre (a veces demasiado poco). Me publicaron en Essential Magazine durante cinco o seis números, medio año, no está mal, pero los recortes por la crisis acabaron con mi sección (Angry Young Man me llamaban ahí). Varias cartas en Diario Sur y un par de colaboraciones me dieron ánimos también. Pero, sobre todo, el apoyo de los que me leen, que siempre he pensado que son muy pocos, empezando por mi mujer, quien hasta ayer mismo me preguntó si había escrito algo nuevo y acabando por mis últimas seguidoras, a las que hice mención (merecidísima por leer a este pelma) en el último post del año pasado.

Mis historias cotidianas, mis "aventuras" del trabajo, mi horrible némesis: "la carretera", los políticos y su desvergüenza han llenado lineas y más lineas, horas y horas de lectura. A veces se me colaba un video divertido, o un poema famoso, incluso una vez copié una de las "Patentes de Corso" de Don Arturo (con su permiso, el cual pedí y jamás se dignaron a contestar). Siempre buscando la ironía a las cosas y el lado divertido de la vida que, aunque en muchos casos no lo tiene, siempre queda un resquicio donde se puede colocar una sonrisa ¿verdad? Porque la vida hay que pasarla de la mejor forma posible, disfrutando cada minuto de la manera que uno crea que es mejor. Unos beben, otros comen, otros fuman, los hay quienes corren, quien canta o silba, el que mira al cielo, el que ríe al ver los niños jugar y el que se comporta como un niño aunque tenga cien años. Yo, yo simplemente... escribo.

Comentarios

Liz Flores ha dicho que…
¡epaaa!
¡¡Enhorabuena por esos 200 post!!

Han sido cinco buenos años eh. Vos no dejes de escribir, ya sea porque te lean o no, escribí por gusto, por desahogo, por pasión -que esto es lo tuyo hombre- además tenés manera de enganchar al lector con temas interesantes y otros divertidos, pero cada uno escrito a tu estilo, que es muy bueno pues no aburrís, en absoluto. Hay temas como este que dan ganas de seguir leyendo más y más.

Es bonito conocer a la gente desde su interior, porque quien escribe desnuda su alma. Así que para mi es un gusto conocerte a distancia.

Hay tanto de qué escribir, comentar, criticar, repudiar, condenar, vamos, que tenés material de sobra. No dejes de escribir si.

Vuelvo a felicitarte por tus 200 publicados ¡que vengan 200 más!

Un fuerte abrazo José.
Jose M. Bermejo ha dicho que…
¡Muchísimas gracias Liz!

Un placer siempre recibir tus comentarios.

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