Tres En El Camino

oy vamos de quejas, que la verdad hacía mucho que no sacaba mi faceta de eterno inconformista y quejica urbano.

Por cosas de este país y de la crisis que parece que lo excusa todo, la carretera por la que paso todos los días, después de dejar a mi mujer, ha visto aumentado su nivel de circulación en torno a un mil por cien (por no exagerar mucho y redondeando). Se trata de un acceso paralelo a las naves más exteriores del polígono industrial y, como era normal, en su momento ya se encontraba bastante abandonado y deteriorado. La causa de dicho incremento de circulación, bueno, la carretera principal está de obras. En realidad lleva de obras desde, por lo menos, agosto del pasado año (que ya son meses). Como he dicho cosas de este país y de la crisis. Y de la poca vergüenza habría que añadir. Resulta que las obras (emarcadas dentro del Plan E) se adjudicaron a una empresa que, pasado escaso un mes de comenzar los trabajos, se declaró o en quiebra o en suspensión de pagos, o vaya usted a saber que fórmula parecida. Cosa que dejó todo patas arriba. La carretera levantada e impracticable y sin vista de ser arreglada.

A los dos meses, o más, alguien se hartaría de escuchar las quejas de los usuarios y la cosa llegó a los periódicos. Y de los periódicos al ayuntamiento (la oposición está esperando esta carnaza como agua de mayo). Con lo que la cosa está así: la carretera principal (Azucarera-Intelhorce) sigue levantada, se ve algo de movimiento pero, sinceramente, parecen actores contratados porque yo no veo avances. Mi camino de todos los días sigue sufriendo con el paso de más y más camiones. Consecuencia: en todo el tramo no hay ya uno, ni dos sino tres socavones del tamaño de una fosa. Grandes y hermosos.

Y llevan ya tanto tiempo allí que los he bautizado. Los llamo "La Santísima Trinidad". Primero está "El Padre", porque se hizo en siete días y es tan vasto y extenso que parezca que no tenga límites, ahora mismo puede caber un pequeño utilitario como el mío, casi entero, dentro de él. A continuación está "El Hijo" Es el que lleva más tiempo en el camino, rectangular, consecuencia de una zanja antigua mal tapada. Lo llamo así porque no importa cuantas veces lo entierren, siempre, siempre acaba resucitando. Y al final está "El Espíritu Santo", que puede que sea el más peligroso, porque es de esos que no te das cuenta de que están, pero están. Justo en una curva y medio disimulado con medianas de obra.

Al final ocurrirá como siempre en esta ciudad mía, un motorista despistado, un día de lluvia, lo que parece un charco es La Fosa de las Marianas y aquí se armó la de Dios es Cristo. Y es triste, pero es así, hasta que no ocurra una desgracia, aquí no mueven ni un dedo para arreglar nada.

Aunque siempre puedo equivocarme y mañana estar todo arreglado. La verdad, espero equivocarme.