Desde fuera

S
iempre me ha gustado observar a la gente. Mirar como se comportan en situaciones cotidianas y, en cierto modo, compararme con ellos. En muchas ocasiones me identifico con lo que hacen, me simpatizan o empatizo con su situación. Otras me sorprendo. Las muchas me da la risa al ver como hay individuos que pueden ser tan obtusos que rozan el ridículo sin saberlo.

Hoy por ejemplo, en mi camino de vuelta, tengo que sufrir siempre un interminable semáforo en rojo en un cambio de sentido a la entrada de la ciudad. Cuando nuestra luz se pone verde, tenemos aproximadamente unos seis o siete segundos para intentar pasar antes de que cambie a ámbar y los vehículos que nos vienen por la derecha hagan uso de su prioridad y tengamos que esperar otro eterno minuto y diez segundos de luz carmesí. Algunos días, hoy era el caso, hay tanto tráfico que los coches de la tanda anterior bloquean el paso y acabamos parados más tiempo del que quisiéramos. De modo que, por mucho que nos empeñemos, hay que tragar y aguantar hasta que la cosa despeje un poco. Eso es de cajón. Lógico. Pero algunos conductores no lo ven. Delante de mi podía contar dos coches sólo en mi carril, en el de la derecha otros dos y una furgoneta medio atravesada. Pero, lo que es más gracioso, en el carril transversal había una maraña de vehículos agolpados como podían entre los que se veían perfectamente un camión de reparto, una hormigonera y un autobús de la línea 15, tipo gusano.

Sinceramente, no conozco el equipamiento de serie de las Ford Tourneo, pero dudo mucho que entre los extras se pudiera elegir la opción de instalar un claxon desmaterializador, o una marcha desvanecedora. Las aero-ruedas sólo las he visto en Regreso al Futuro II y III. De modo que no entiendo que era lo que pretendía el tipo de mi derecha al hacerle aspavientos al que tenía delante y casi quemar su bocina. Si por un momento se hubiese parado a respirar tranquilamente, se hubiera calmado y se hubiese visto desde fuera, aunque sólo fuera durante un parpadeo, se le hubiera caído la cara de vergüenza, por el ridículo que estaba haciendo en ese momento.

La carretera está llena de gente así, y peores, por desgracia, peores.

Comentarios

hampers ha dicho que…
Loco! I never understand how people behave once they get behind the wheel of a car or truck. Its as if they take leave of their senses. There brain activity becomes virtually non-existent.

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