Valverde

En alguna que otra ocasión he comentado que el pueblo de mi padre es Valverde del Camino. Provincia de Huelva. Un pueblo precioso (al menos para mi) de unos doce mil habitantes, situado en la comarca del Andévalo.

Allí pasé bastante tiempo durante mi infancia y juventud. Buenos tiempos, por supuesto porque, aparte de ser donde vive la mayoría de mi familia y disfrutar de compañía de abuelos, tíos abuelos y demás, siempre que íbamos era en tiempo de vacaciones y, claro está, un niño suelto en un pueblo, junto a sus hermanos, sus primos y sus amigos durante las vacaciones, siempre es feliz.

Valverde es cabeza de comarca, está estratégicamente situado entre Huelva, Sevilla y es de paso obligado para ir a los pueblos de la Sierra de Aracena. Tiene centro de salud, biblioteca municipal desde hace más de veinte años, parque de bomberos, incluso una sala de conciertos. Siempre ha tenido renombre por su industria, casi siempre dedicada a la fabricación de muebles y al calzado (los famosos botos camperos que hasta Kate Middleton viste y promociona, son de allí). Es un lugar al que las cosas no le han ido mal del todo. Hasta ahora.

Hará unas semanas Valverde del Camino era noticia por dos tristes motivos. El primero por una terrible anécdota, las cámaras de televisión eran testigos de como el padre de la nueva alcaldesa moría repentinamente durante el acto de posesión de cargo de su hija. El segundo, la nueva corporación destapaba y aireaba el enorme agujero que los anteriores mandatarios han dejado en las arcas municipales. 57 millones de euros según los que han entrado y 19 millones por los cálculos de los que han salido, que aún habiendo bastante diferencia, sigue siendo muchísimo dinero perdido.

De la noche a la mañana el pueblo de mi infancia se ha convertido en claro ejemplo de lo que siempre ha sido la gestión municipal en este país. Gestión que se puede resumir con una frase: "¡Teodoro, métele mano al tesoro!". Total, aquí no va a pasarle nunca nada al responsable y/o responsables. Esto no es Islandia tío, aquí nos vamos todos de rositas y con los bolsillos bien llenos. Nadie va a la carcel por robar el dinero del pueblo, porque entonces, muchos tendrían que ir a la carcel y si es así ¿quién va a gobernar a esta panda de zarrapastrosos que se llama pueblo? Pues si. Esto no es Islandia, ojalá lo fuera y pudiésemos juzgar a estos malos bichos por todo el mal que nos han hecho. Pero esto es España y aunque los juzguemos, al final se salvan por no se que enmienda a la ley nosecuantos del año tal y cual. O por los fueros, aforos e inmunidades varias que se sacan de la manga para hacer estas cosas.

En Valverde los que dejan el poder lo tienen fácil para escurrir el bulto. Si esto va a mayores (que ojalá la nueva alcaldesa tenga los arrestos necesarios para que así sea) le acabarán echando la culpa al Sr. Cejudo, que fue alcalde durante unos quince años o más, además de presidente de la Diputación de Huelva y que, por suerte o desgracia para los de su partido, ya no está en este mundo. Pero eso no es excusa para hacerle responsable del socavón que tienen en el Ayuntamiento y, de seguro, también en la Diputación. Ahora, los que han entrado, tienen la oportunidad de limpiar el nombre del pueblo, de ajustar cuentas (tanto de caja como políticas) y poner las cosas en su lugar. No es ni normal, ni justo que en un municipio de ese tamaño, por el mal hacer o la malicia de unos cuantos, cada uno de sus habitantes, sólo por el hecho de nacer, tenga una deuda adquirida de cerca de seis mil euros.

Esto es en mi pueblo (siempre será mi pueblo aunque un servidor haya nacido en el centro de Málaga) pero estoy seguro de que es vivo retrato y fiel reflejo de lo que ocurre en muchísimos otros municipios de España, sin importar el color, el pensamiento o la ideología de los que hayan estado antes. Hoy, a todos los que hablan de austeridad, ahorro y apretarse el cinturón, yo les pregunto dos cosas ¿Porqué no se hizo eso antes? y, lo que es más importante, ¿hasta cuando? Por mi, que sea para siempre. Porque los ayuntamientos no han sido creados para gastar, sino para gestionar y en la gestión, el principal y más importante factor es y será siempre, el ahorro.Enlace

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