Auxiliar Administrativo

Creo que no existe categoría más baja, ni más amplia en mi sector laboral que la de auxiliar administrativo. Porque en ella cabemos todos, desde el titulado en formación profesional que, efectivamente, en su diploma firmado por el ministrillo de turno asegura que se trata de un auténtico auxiliar de pedigrí, hasta el licenciado en dirección y administración de empresas, con tres idiomas y un "master del universo"

El puesto de administrativo creo que tan sólo existe en los organismos públicos, aunque también dudo que allí ejerzan las funciones que deben, vamos, que también se aprovecharán de esos pobres incautos. En el sector privado, el escalafón más bajo siempre está cubierto con auxiliares. ¿Porqué motivo? ¿Y tú me lo preguntas? Porque se paga menos y punto. De manera que, por el módico precio de mil euros al mes, tienes a una chica con estudios, preparada, eficiente, trabajadora y dispuesta a romperse los cuernos por la empresa. Que lo mismo te hace fotocopias que te cuadra la facturación del mes en dos horas, y si no cuadra, no le importa quedarse las horas que haga falta con tal de que el trabajo salga bien, como debe de ser y a su debido tiempo.

El auxiliar administrativo es un producto laboral 100% Spanish. Ningún otro puesto de oficina en el mundo occidental está tan bien diseñado como este para que lo ocupe un español de carrera. Porque el español es especialista en tragar mierda por un salario mínimo, catorce mil euros al año, quince días de vacaciones a elegir por un servidor y los otros quince cuando al señorito director, que tiene menos formación y/o experiencia que tú en dirigir empresas, le salga de la punta de la nariz. Las horas extras no se pagan y ojito con reclamarlas. 

Teóricamente este trabajador tendría que estar asociado a un administrativo, alguien que hiciera el trabajo que le han mandado hacer a él/ella, y de este modo le despejaría la mesa de papeleo, archivando, organizando, preparando documentación, ordenando y haciendo copias, pero nada más. Un auxiliar no debe contabilizar, aunque sepa hacerlo mejor que el jefe contable. Ni debe facturar aunque le de mil vueltas a todo el departamento de clientes. Tampoco debería atender a la centralita, para eso están las secretarias y/o recepcionistas. Pero, por desgracia, en este país, todas esas funciones recaen sobre el mismo trabajador y, de este modo, nos encontramos con empleados de más de cuarenta años, con décadas dedicadas a la misma empresa, con contratos de auxiliar administrativo. De vergüenza.

Lo peor, si es que todo lo anterior no es malo ya de por si, es que, aún con todo lo que hacen, no están valorados en absoluto. Y por encima de ellos, siempre pasan tipejos que tratan mejor a peones, técnicos y oficiales con el argumento de que ellos "son productivos" mientras que administración no lo es. ¡Tócate los pendientes reales!

Llegará el día en que todos estos se levanten algún día, le planten cara al jefecillo de turno y les digan ¡A partir de hoy voy a hacer exclusivamente el trabajo de mi competencia, a ver si tus, tan valorados y productivos, obreros te sacan las castañas del fuego en la próxima liquidación de impuestos o inspección de Hacienda! El día que eso ocurra, que tiemble el mundo.

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