Oda Al Sr. Cerezo.

Hasta ayer el Sr. Cerezo, para mí era sólo el presidente del Atlético de Madrid y, por lo tanto, mi interés por su persona era nulo, cero, nada. Hasta ayer he dicho.

Ayer, a la hora de cenar (yo cené más bien poco la verdad, la brocheta de pollo de Artepostre me dejó el estómago K.O. durante todo el día) pusimos la tele para ver con que nos sorprendían los programadores y, tras una vuelta de mando, acabamos viendo la entrega de premios Jose María Forqué al cine espa ñol.Yo, personalmente, no tenía ni idea de que existieran tales premios pero, al parecer, llevan quince años entregándose. Pienso que hasta este año, jamás lo habían retransmitido en directo, está claro que TVE tiene que rellenar todo el espacio que le quedó libre al quitar la publicidad.

El caso es que aquello era como cualquier otra gala de premios al cine español. Algo así como los premios Goya, pero sin tanto glamour (cosa que tampoco es muy difícil). La gala era temática, dedicada a los grandes musicales. Hubo recuerdos al "Violinista en el Tejado", "Moulin Rouge" y demás. Hubo actores, directores, productores, gente del gremio, un ministro y... el Sr. Cerezo. ¿Qué hace este hombre ahí subido hablando de cine? Me pregunté. Y al poco tiempo me respondió Fernando Trueba al recoger su premio a la trayectoria como mejor productor (o algo parecido). Resulta que este Sr. es el presidente de EGEDA, que es la Entidad de Gestión de Derechos de los Productores Audiovisuales (si, lo se, las siglas no coinciden ni dándoles la vuelta). El Sr. Cerezo salió ayer a arengar a las huestes con la cabeza de "Megaupload" en una mano y una espada en la otra, o casi. Creyendo que, por fin, se va a acabar el expolio de la propiedad intelectual en España. Pobre iluso. Y menudo aprovechado, si, ya que al hilo del tema, le faltó tiempo para promocionar su propio y particular portal de descargas online, filmotech.com, dedicado única y exclusivamente al cine español, en el que, por el módico precio de 1,42 € te puedes alquilar "Marcelino Pan y Vino" durante todo un día. O pagar 9 € al mes, y ver la misma peli todas las veces que quieras (lo se, lo se, menuda tortura, pero hay gente para todo). 

El Sr. Cerezo y casi todo aquel que se dedica al mundo audiovisual, incluyo ahí también a cantantes, músicos y productores musicales, todavía no han visto la solución a un problema que ellos mismos han creado. Tal vez porque se piensan que en este país el público en general y el público joven en particular somos (todavía me incluyo entre los jóvenes) gilipollas. Como ejemplo de esto, un botón. Ayer mismo, fui a cambiar una película que me habían regalado dos veces por reyes, me planté en fnac y cambié Thor por X-Men Primera Generación. Hasta que llegué a casa no me di cuenta de que la versión que cogí del estante era el "pack 3 Formatos", que por el módico precio de 19,95€ te incluía la película en DVD, en Blu-Ray y una Copia Digital para tus dispositivos móviles. Hoy, pensando en todo esto, me he dado una vuelta por la iTunes Store para comparar. Cual no ha sido mi sorpresa al ver que la misma película, en descarga online sale por el maravilloso precio (léase esto último con ironía, bastante ironía) de 13,99 €, y esto es la película "pelá y mondá", como se dice en mi tierra, sin contenido adicional, sin comentarios, sin extras, sólo en español, sin subtítulos y sin opciones de idiomas. Aquí hay algo que no me cuadra. Por seis euros de diferencia, consigo la película en tres formatos diferentes, dos de ellos en HD, con horas y horas de contenidos extra, en soporte físico, con su carátula, su funda, sus dos discos y hasta una funda extra de regalo.

A ver si me entero bien. En la descarga online ¿qué se quita de encima el vendedor final? Hagamos cuentas. Primero, la producción del DVD. Segundo, la producción del Blu-Ray. Tercero, la producción de la carátula en papel, además de toda la papelería que lleva en el interior. Cuarto, la producción de la carcasa protectora, que en este caso es doble. Quinto, el transporte de todos los elementos a la planta de montaje (dudo mucho que en la fábrica de discos se hagan también las carcasas y se impriman las carátulas). Sexto, el transporte desde fábrica a los diferentes centros logísticos y de ahí hasta los centros de distribución y de ahí, a los puntos de venta directa al público. Y séptimo, pero no por último menos importante, los intermediarios. Mi pregunta aquí es ¿me quieres hacer creer que la diferencia de coste de una edición física a una digital online es tan sólo de seis euros? O, lo que es lo mismo, que el ahorro en costes e intermediación, de una edición a otra es tan sólo del 30%. Pues miren, no me lo creo.

Luego ponen el grito en el cielo cuando la gente se descarga contenidos "ilegales" en Internet. No voy a defender esa práctica, pero tampoco a demonizarla, porque gran parte de culpa de ello la tienen estos señores, simplemente por querer sacar tajada de todo a base de bien. Si en su momento (hablo de seis años atrás) con la aparición de Napster, eMule, Kazaa y demás programas de intercambio P2P, los señores de las artes escénicas y musicales, hubieran hecho del enemigo su mejor arma, ahora mismo no estaríamos hablando de Sinde ni de SOPA ni de nada parecido. Los programas de intercambio y las páginas de descargas y visualizaciones online, surgieron en respuesta a una necesidad no cubierta por el mercado (cualquier analista de marketing podría haberles explicado eso, muchos de esos a los que pagan millones al año por no hacer bien su trabajo) la necesidad de millones de jóvenes que no se pueden gastar cincuenta euros al mes en ir al cine y/o cuarenta en un par de CD's de su grupo favorito. Una oferta de calidad, sin intermediarios, directamente del grupo, o de la casa de música, al consumidor final, con un precio adecuado, no barato ni caro, sólo justo, habría derribado de un plumazo los argumentos de los piratas. No hubiera existido el top-manta ni las descargas ilegales. Todo el dinero hubiera ido directamente a manos de los creadores y productores. Pero, en lugar de eso, prefirieron buscar fórmulas para seguir con su actividad, sin perder cuota de mercado ni los millones en beneficios que antes de existir Internet tenían. Mal hecho señores, mal hecho.

Yo sigo pensando que todavía están a tiempo de aprovechar el momento y subirse al tren, pero no queriendo quedarse con todas las plazas de primera hasta turista, incluida la locomotora. Hay que ser realista y fijar unos precios adecuados. Los primeros que deberían imponer la política de precios son los creadores, haciéndoles saber a productores, distribuidores y vendedores que, haciendo accesible su producto a todos los bolsillos, al final, se venderá más. Eso, es de cajón. Y les conviene a todos (más dinerito para todos, señores, más dinerito)

Sólo me queda una cosa que ver en este mundillo y es ver si hay huevos de hacerlo.


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