Yo te maldigo

Yo te maldigo, oh camión de la basura. Porque todas las noches me despiertas al niño, o a mi, o a mi mujer, o al chiguagua del vecino del bajo, que se pone a ladrar como un poseso y le siguen a coro el resto de perros del barrio que, por supuesto, me despiertan al niño, o a mi, o a mi mujer.

Maldigo al que te diseñó, al que te fabricó, al que te vendió y al que te compró. Maldigo a quien te mantiene, al que te conduce y al que te maneja. Y maldigo a quien te carga todas las noches con cubos de basura, ese que lo mismo habla a gritos con su compañero que te canta un fandango todo el camino hasta el siguiente contenedor, dando igual la hora que sea, que lo mismo son las nueve que las doce, que la una.

Y te maldigo por ruidoso, por ineficiente, por contaminante y por trasnochador. Te maldigo porque nunca son horas de aparecer cuando apareces, porque no vienes nunca a la misma ni con la misma gente. Porque, en el siglo XXI, todavia no se ha encotrado una forma mejor de recoger los residuos que no  sea despertando a medio barrio, o tal vez si, pero sea muy cara.

Maldigo al politico que no se quiere gastar mi dinero en un equipamiento mejor.

Yo os maldigo, os maldigo a todos.

(Nota: el que suscribe terminó de escribir estos párrafos en Málaga, el veintinueve de agosto, a la una menos cuarto de una calurosa noche de verano)

Comentarios

Entradas populares