ará cosa de unos seis meses tuvimos una mala experiencia con un conocido servicio de reparación de móviles en Málaga. El iPhone 4 de Ana, que yo había conseguido de ocasión y a buen precio a través de eBay, tenía pendiente un par de reparaciones. El botón "home" fallaba y la cámara frontal se quedaba bloqueada, con lo que decidimos acudir al servicio que esta empresa tiene ubicado en el centro comercial Plaza Mayor, previa llamada para asegurarnos de que disponían de las piezas que necesitábamos para la reparación. Nos dijeron que si, que nos pasáramos pero, al llegar al lugar, ni había piezas, ni nadie sabía nada de mi llamada. En aquel momento debí de haberlos puesto en la lista negra de negocios a los que no acudir ni recomendar.
Pero, a falta de pan, lo intentamos una segunda vez y, entonces sí que pudieron hacer algo en el momento. Por desgracia. Al salir de la tienda, tras haber abonado los casi setenta euros que costó la reparación, todo parecía estar en orden pero, evidentemente no era así. Al intentar grabar un vídeo, nos dimos cuenta de que el sonido no quedaba registrado, cosa que no sucedía antes. Por supuesto, achacamos dicho fallo a una mala manipulación al sustituir las dos piezas en el servicio técnico y allí regresamos para hacer una reclamación. No hay ni que decir que los "señores" de la tienda no se hicieron responsables del asunto, aduciendo que ellos no habían tocado esa pieza y que había pasado mucho tiempo desde nuestra primera visita. Efectivamente, pasaron dos semanas hasta que nos dimos cuenta. Da la casualidad de que no somos jovencitos que se pasan el día grabándose "selfies" y, al parecer, eso es intolerable a la hora de presentar una reclamación de este tipo. Consumo nos la rechazó y lo único que nos ofrecía esta gente era reparar el problema, mediante el pago de cincuenta euros. Menudos caraduras.
Al poco tiempo, coincidiendo con el cumpleaños de Ana, decidí solucionar este problema regalándole un nuevo iPhone SE, y vender el viejo, dejando claro a los posibles compradores de los fallos que tenía. Pero no llegue a venderlo, no me parecía bien deshacerme de él en ese estado y pasar la patata caliente a otro. De modo que me planteé la posibilidad de repararlo yo mismo y, eso es exactamente lo que hice hará unos días. Preparé un listado de piezas a sustituir y las busqué por internet. No tuve ningún problema para encontrar proveedores para este modelo de móvil. En total fueron cuatro piezas, el cable "flex" (que controla el botón de encendido, el micrófono de ambiente y el sensor de proximidad) la cámara trasera, la antena "Wi-Fi" y la pantalla completa. En tres días ya disponía de todas, ahora sólo faltaba el momento de ponerme manos a la obra.
Unas dos horas me llevó el hacer la reparación completa. Siguiendo un detalladísimo tutorial de "www.ifixit.com" no había posibilidad de equivocarse. Solventadas un par de dificultades previas que incluían una pieza suelta por una mala manipulación previa, debido a las reparaciones anteriores. Y superadas la problemática del minúsculo tamaño de los componentes, de ser la primera vez que realizaba una reparación de este nivel y de tratarse de una operación múltiple, cuando reinicié el aparato y este funcionó a la primera y a la perfección, pude respirar con más tranquilidad.
Después me sobrevinieron un par de emociones contrapuestas, por un lado el orgullo del trabajo realizado y bien acabado. Tengo que reconocer que, al principio, no apostaba mucho por que esta película terminara bien, con lo que, al final la alegría fue mayor. Por otro lado, la rabia de que estos "servicios técnicos" de pacotilla que están proliferando estos días, se aprovechen de mala manera del consumidor. Porque, una vez hechas las cuentas, la reparación final, me salió por poco más de veintinueve euros (29,00 €) mientras que, si lo hubiera llevado a estos tipos, el facturón hubiera sido de más de ciento sesenta euros (160,00 €). Y eso utilizando los mismos componentes que ellos. Un timo total, mal realizado y sin garantías, a eso, en mi tierra se le llama fraude.
Desde aquí quiero animar a todos los que se encuentren con un problema como el mío, a que le pierdan el miedo a reparar por si mismos. Piénsenlo, si unos tipejos sin estudios previos, sin preparación técnica y sin autorización oficial, son capaces de cambiarles las piezas a tu móvil siguiendo un tutorial de Internet ¿porqué no vas a poder hacer tú lo mismo? ¿O es que te vas a dejar timar?
Es más, a la semana de reparar el iPhone 4, le metí mano a mi viejo iPhone 5 y ahí lo tengo, como nuevo. Desde hoy nadie más que yo tocará los móviles de casa.
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